Las grandes historias de éxito no necesariamente siguen el camino que indica la flecha. De hecho, no tienen por qué seguirlo. Hay casos en los que el camino se forja yendo a contracorriente, siendo un cabeza dura, como lo fue Copa Libertadores en 2015, la Copa Argentina en 2016 y 2017, y la Supercopa Argentina de 2017. Y la cereza del pastel la puso este año, siempre a su estilo, al otro lado de lo que indica la flecha: desde un palco del Santiago Bernabéu sin comunicación con sus asistentes y nada menos que ante el clásico rival, Boca Juniors. River remontó para imponerse 3-1 y alargar la leyenda de Marcelo Gallardo, ya convertido en el más exitoso técnico en la historia de ese equipo de Núñez que muy cerca estuvo de dejarlo en una banca sin hacerlo jugar, pero que terminó fichándolo en solo cinco minutos que lo vieron con el balón.Cuentan los más cercanos a Marcelo, que el ‘Muñe’ es un apasionado del rock argentino. Que es muy de Soda Stéreo, La Bersuit, los Redonditos del Indio Solari, pero sobre todo de Andrés Calamaro. Y si hubiese que escoger una canción para definir a Gallardo, o mejor aún, para describir su historia en River Plate, ninguna le quedaría mejor que esa que en palabras del propio Calamaro dice: “Siempre seguí la misma dirección. La difícil, la que usa el salmón”. Porque como el salmón, contra la corriente, haga lo que haga, el ‘Muñeco’ volvió al mismo lugar a desovar.
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