Christian Nodal vive a caballo entre dos mundos. Por un lado, su éxito no puede ser entendido sin la onda expansiva de las redes sociales y la naturaleza cada vez más global del panorama musical. Al mismo tiempo, sus canciones se nutren del romanticismo del mariachi tradicional, la bravura sierreña o los corridos, cuyos orígenes se remontan al siglo XIX. Nodal nació en 1999 en Caborca, una ciudad sonorense a pocos kilómetros de la frontera con Arizona, y comenzó a tocar en bandas locales cuando era todavía un niño. Al llegar a la adolescencia, había escrito sus primeras canciones. Me Dejé Llevar, su debut de 2017, explora el lado más melodramático del amor con la pasión de un Vicente Fernández y el glamour natural de los grandes crooners de los años 50. Pero el universo musical de Nodal no se limita a los géneros de su infancia, sino que la influencia de los ritmos tropicales (esenciales en la música popular mexicana) y el country del otro lado de la frontera ocupan un papel que no es simplemente anecdótico. Ahora (2019) y especialmente AYAYAY! (2021) llevan aún más lejos sus crónicas sentimentales en canciones como “No Te Contaron Mal” y “Nace Un Borracho”, fragmentos de tradición que comparten lugar con las últimas tendencias, hablando del aquí y el ahora con la misma inmediatez de cualquier éxito pop.